Supersticiones de los españoles: entre la suerte y la tradición
España es un país lleno de costumbres, fiestas y curiosidades que reflejan su rica historia y diversidad cultural. Pero, más allá de las celebraciones populares o la gastronomía, hay un aspecto que sigue despertando fascinación: las supersticiones. Aunque muchos aseguren no creer en ellas, todos hemos tocado madera alguna vez o evitado pasar por debajo de una escalera. En este artículo de MaestroMío, exploramos algunas de las supersticiones más arraigadas en la cultura española, su origen y lo que revelan sobre la forma en que los españoles se enfrentan a la suerte y al destino.
La mala suerte: el martes 13 y otros temores cotidianos
Mientras en muchos países el número 13 es símbolo de mala suerte, en España hay un día que lo potencia: el martes 13. La famosa expresión “en martes, ni te cases ni te embarques” advierte a los más prudentes que ese día conviene evitar decisiones importantes. ¿El motivo? En la tradición cristiana, el martes está asociado al dios romano Marte, símbolo de la guerra, y el número 13 al caos y la desgracia. La combinación de ambos se considera un cóctel perfecto para el infortunio.
Otra superstición muy extendida es la de no dejar un sombrero sobre la cama, ya que se cree que atrae desgracias o incluso la muerte. El origen se remonta a los tiempos en que los curas visitaban a los enfermos graves: al entrar en las casas, solían dejar el sombrero sobre la cama antes de dar la extremaunción. Desde entonces, el gesto se asocia con malos presagios.
La buena suerte: amuletos y gestos protectores
Pero no todo son malos augurios. En España también existen numerosas costumbres para atraer la buena suerte. Una de las más conocidas es tocar madera o cruzar los dedos, gestos universales que los españoles utilizan con frecuencia cuando esperan un resultado positivo. Otro clásico es tirar una moneda a una fuente mientras se pide un deseo, una tradición que mezcla romanticismo y superstición.
También destacan los amuletos, como el ojo turco, el trébol de cuatro hojas o la herradura. Esta última, colgada sobre la puerta con las puntas hacia arriba, se considera una barrera contra la mala suerte. En algunas regiones, como Andalucía, se dice incluso que una herradura encontrada en la calle puede traer fortuna si se recoge con la mano derecha.
Y, cómo no, está el famoso brindis: en España, brindar sin mirar a los ojos se dice que trae siete años de mala suerte. Por eso, en cada brindis, nadie olvida mirar fijamente a sus compañeros antes de beber.
Supersticiones regionales y costumbres curiosas
Cada región española tiene sus propias creencias. En Galicia, por ejemplo, es muy común el miedo al mal de ojo o “ao meigallo”, lo que ha generado toda una tradición de rituales protectores con ramas, agua bendita o medallas. En Castilla, algunos aún colocan tijeras abiertas bajo la almohada de los bebés para protegerlos de los malos espíritus. Y en Canarias, hay quienes creen que barrer de noche puede “espantar la suerte” del hogar.
En el ámbito del amor, también hay supersticiones curiosas. Por ejemplo, muchas personas guardan el ticket del primer cine en pareja o una prenda del primer encuentro, convencidas de que traerá buena suerte a la relación. En Año Nuevo, el ritual de las doce uvas al sonar las campanadas es quizá el más famoso: comer una uva por cada campanada asegura un año lleno de prosperidad… siempre que no te atragantes en el intento.
Tradición, creencia y un toque de humor
Las supersticiones forman parte del folclore español, y aunque hoy en día se viven con más humor que miedo, siguen teniendo un papel especial en la vida cotidiana. Representan la mezcla entre religión, historia y cultura popular que caracteriza a España.
En MaestroMío, creemos que conocer estas costumbres es una forma divertida y profunda de aprender español y comprender su cultura. Detrás de cada superstición hay una historia, una creencia y, sobre todo, una forma de mirar el mundo. Así que, si estás aprendiendo el idioma o planeas visitar España, no olvides: evita los martes 13, brinda mirando a los ojos y, por si acaso… toca madera.
